Cristiano no es el adepto a un partido confesional, sino el que mediante su ser cristiano, se hace realmente hombre. Cristiano no es el que acepta vilmente un sistema de normas y las piensa en relación consigo mismo, sino el que se ha liberado para ir en pos de la bondad sencilla y humana.

(Ratzinger, Introducción al cristianismo, final cap.8)