PASIÓN ABRASADORA, PASIÓN QUE ME ATORMENTA.

Amor y pasión. Su equilibrio es MUY complicado: para simplificar, hay que pedírselo a Dios, y que Dios te ayude.

Como dice un autor*, refiriéndose a un texto de San Pablo:
Y yo sé que en mí (es á saber, en mi carne) no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.
Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, éste hago.

Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el mal que mora en mí.
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal está en mí.
Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?

A continuación se ofrece un texto que analiza las diferencias y las aclara…

“ El rey David es arrastrado por su pasión por Betsabé hasta el punto de enviar a su marido a un puesto de batalla donde perecerá con seguridad. El amor a Betsabé le hace ciego a la bajeza que supones comportarse así. En cierto modo la pasión le hace ver, le abre los ojos para una cualidad valiosa, por ejemplo, la belleza de esa mujer.

Una vida desapasionada, por lo tanto, no es una vida buena. Quien no puede airarse ante la injusticia esta falto de algo esencial. La pasión nos manifiesta un valor o un disvalor. Pero a la vez nos desfigura las proporciones en que deben ser contemplados. Así quien actúa por pasión, no actúa movido por valores, sino por su egoísmo. Se afinca en su perspectiva de las cosas en vez de ponerse en el lugar de las cosas.

¿ Puede ser el pecado el amor?. Naturalmente que no; el amor nos puede descubrir el valor de una persona, su belleza…es algo que nos sobreviene. Pero la belleza de Betsabé era conocida también por su marido; y el motivo, por tanto, por el que David debía obtenerla, el motivo por el que fue asesinado Urías, no fue la belleza de Betsabé, sino el hecho de que al rey le pareció que era él quien debía poseerla. Y poseerla era más importante que el que Urías siguiera viviendo. Pero eso no se sigue de ninguna manera de la belleza de Betsabé; y no sirve como disculpa invocar en este caso la pasión, invocar que se ha sido irresponsable en un determinado caso. Porque esta ceguera no es legítima.

El hombre no es un animal; puede cegarse artificialmente; puede actuar como si no viese. Pero tiene responsabilidad de su ceguera.

La pasión nos descubre valores, pero no su jerarquía “.

Robert Spaemann.

* Jesús M.