Anécdota del venerable Faustino Pérez-Manglano Magro.

FUE en los Ejercicios de ese mismo mes de octubre de 1959. Hablando con su director espiritual, Faustino expone sus pequeños problemas, sus dudas, sus dificultades.

  • Padre, tengo que consultarle una cosa. Resulta que debo tantos rosarios.

Dijo un número concreto y, ante la extrañeza del director espiritual, prosiguió:

  • Sí, padre. Mire usted, cuando estaba en primer año le prometí a la Virgen rezar todos los días el rosario hasta el año y lo voy rezando. Sobre todo cuando voy solo al Colegio… Pero en vacaciones, como nos divertimos mucho, se me olvida a veces. Pero llevo la cuenta y procuro ir recuperando poco a poco.

¡Maravillosa fidelidad en un chico tan pequeño!

  • Vamos a ver, ¿te gusta rezar el rosario?
  • Sí, Padre: mucho.
  • Pues mira, Faustino, vamos a hacer lo siguiente. Damos por liquidadas tus deudas y, sin promesas, sin agobios, ni llevar cuentas, sigue rezando el rosario toda tu vida, siempre que puedas.

Desde entonces, lo reza siempre.


Faustino Pérez-Manglano Magro nació en Valencia el 4 de agosto 1946, siendo el mayor de cuatro hermanos. Recibió de sus padres, Faustino y Encarnación, una cuidada educación cristiana. En 1952 ingresa en el colegio marianista “Nuestra Señora del Pilar” (en ese momento en la plaza del conde de Carlet). En 1954, recibe la primera comunión y en el 1955 la confirmación. En 1957 empieza el segundo curso de Bachillerato ya en el nuevo edificio colegial del Paseo de Valencia al mar (hoy Avenida Blasco Ibañez). Su vida se desarrollaba como un chico corriente: le encanta el deporte – la pasión del fútbol – natación, montaña. Le gusta el cine, la televisión, leer novelas, hacer amigos.

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