Según cuenta la tradición, el santo era un caballero cristiano de la Edad Media que hirió gravemente a un dragón de un pantano. San Jorge dijo que que bastaba con que creyesen en Jesucristo para que el dragón muriese. Así ocurrió y, desde entonces, comenzó a alentar a los que vacilaban en la fe. Recibió crueles castigos y fue decapitado.