Antonio Pierozzi nació en 1389 y murió en el 1459. Muy joven entró en el convento de los Dominicos. En 1413 se ordenó sacerdote y en 1446 alcanzó el cargo de Arzobispo de Florencia. Destacó por haber dedicado tiempo para escribir numerosas obras.

Era un hombre práctico y sensible a los problemas sociales de su tiempo. Cuando le nombraron arzobispo, fue el primer sorprendido. A pesar de su delicada salud desde su juventud, desarrolló una actividad prodigiosa.