Hoy celebramos un hito importante en sus vidas, el día en que transitan de estudiantes a profesionales de la ingeniería. Este tránsito lleva consigo una gran responsabilidad: la de innovar y de hacerlo con un marco ético sólido. En un mundo que cambia rápidamente, donde las nuevas tecnologías y los desafíos emergentes remodelan constantemente los paisajes industriales y sociales, su habilidad para innovar será su mayor activo. Sin embargo, es crucial que esta innovación no se realice en un vacío moral. Cada decisión que tomen, cada proyecto que emprendan, debe ser evaluado no solo por su ingenio técnico sino también por su impacto ético. ¿Beneficia a la sociedad? ¿Respeta el medio ambiente? ¿Contribuye de manera justa al bienestar común? Estas son las preguntas que deben guiar su labor. Ustedes, como ingenieros del futuro, deben liderar con el ejemplo en la integración de la ética con la innovación técnica. Deben ser los guardianes de un progreso que es tanto tecnológico como humano. Los insto a mantener altos estándares de integridad y a buscar siempre el equilibrio entre lo que se puede hacer y lo que se debe hacer. En sus manos está el poder de moldear un mundo en el que deseamos vivir.