NACIÓN ESPAÑOLA EN LA ACTUALIDAD (breve reflexión)

DERECHO POLÍTICO

La Constitución Española de 1978 afirma que la única nación es España. 

El Preámbulo inicia el texto constitucional invocando a “La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:…”

El artículo 1.2 afirma que “la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.” Son caracteres esenciales de la soberanía la unidad e indivisibilidad.  

Por su parte el artículo 2 consagra que “la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.” Autonomía no es soberanía. 

La Constitución Española fue votada mayoritariamente en referéndum por el pueblo español en 1978. Es además el punto de llegada actual de una larga historia constitucional que comenzó con la Constitución de Cádiz de 1812. Todos los textos constitucionales, sean monárquicos o republicanos, consagran sin excepción a España como única nación. 

Los vascos no votaron mayoritariamente la Constitución Española. A este respecto cabe decir: 1. Que el PNV, Javier Arzalluz en particular, tomó parte activa en los debates de las Cortes Constituyentes; al final adoptó una posición de máximos y optó por no dar el voto favorable a la Constitución. 2. El referéndum sobre la Constitución Española se celebró en el País Vasco en las condiciones poco favorables que todo el mundo conoce: coacciones, falta de libertad, amenaza terrorista. 3. Los vascos participan mayoritariamente en la democracia española: en concreto en las elecciones generales desde que se aprobó la Constitución. 

Cataluña sí votó mayoritariamente a favor de la Constitución española. Y, al igual que los vascos, participan en los procesos electorales españoles de forma mayoritaria.

En la actualidad, los Estatutos de Autonomía son leyes orgánicas, jerárquicamente inferiores a la Constitución; por lo tanto son parte del ordenamiento jurídico español. La parte no puede aspirar a ser todo. Una parte no puede definir ni regular al todo, como el Estatuto de Cataluña que se arroga la capacidad de definir lo que es Cataluña y lo que es España. Es a todo el pueblo español al que corresponde definir qué es España. La autonomía no es soberanía, como arriba indicaba, de forma que desafíos como el Plan Ibarreche no tiene cabida en el ordenamiento jurídico español que, recordémoslo, nos damos los españoles así mismos en el ejercicio de la democracia.  

Conclusión: tenemos una Constitución votada mayoritariamente por los españoles en la que se afirma que la única nación es España, que se asienta en la indisoluble unidad de la Nación Española y que la soberanía nacional reside en el pueblo español.