Pancracio nació en Frigia (provincia romana de Asia Menor, quedó huérfano y se fue a vivir a Roma con su tío Dionisio. Tuvieron un criado cristiano que los evangelizó y se convierten. Entonces, el emperador Diocleciano decretó una persecución contra el Cristianismo. Mandó llamar a Pancracio y trató de persuadirlo para que renunciase a Jesucristo. Al no lograrlo, lo condena a muerte y le cortaron la cabeza. Esa noche una noble señora hizo recoger su cuerpo, lo embalsamó e hizo que lo enterrasen en un sepulcro nuevo, cerca del lugar del martirio.