Gordon Gekko es un personaje ficticio que se convirtió en un icono cultural, representando la codicia y la corrupción en el mundo de las finanzas. Fue interpretado por Michael Douglas en la película «Wall Street» de 1987, dirigida por Oliver Stone. Gekko es conocido por su famoso lema «La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena» («Greed, for lack of a better word, is good»), que encapsula su filosofía de vida y su enfoque hacia los negocios.

Características del personaje

  • Implacable hombre de negocios: Gekko es un inversor y especulador sin escrúpulos, dispuesto a hacer cualquier cosa para ganar dinero, incluyendo el uso de información privilegiada y maniobras ilegales.
  • Carisma y persuasión: Es extremadamente carismático y persuasivo, capaz de convencer a otros de que su visión del mundo financiero es la correcta.
  • Mentor y antagonista: En la película, actúa como mentor del joven y ambicioso corredor de bolsa Bud Fox (interpretado por Charlie Sheen), pero también se convierte en su antagonista a medida que la trama avanza.

Impacto cultural

Gordon Gekko se ha convertido en un símbolo de los excesos de Wall Street y de la década de 1980. Su personaje ha sido objeto de análisis y discusión en relación con la ética en los negocios y el capitalismo desmedido. La interpretación de Michael Douglas le valió un Premio de la Academia al Mejor Actor, y la figura de Gekko ha perdurado en la cultura popular como un arquetipo del empresario despiadado.

Secuela

El personaje volvió a aparecer en la secuela «Wall Street: Money Never Sleeps» (2010), también dirigida por Oliver Stone, donde se explora su vida después de salir de prisión y su intento de redimirse y reconectar con su hija.

Gordon Gekko sigue siendo una referencia potente en el discurso sobre la moralidad en el mundo financiero, ejemplificando tanto la fascinación como la repulsión por la codicia y el poder desmedido.