Era hijo de los duques que gobernaban Ravena (Italia). Educado según las costumbres mundanas, durante unos años su vida fue bastante descuidada. Sin embargo, lo aceptaron como monje benedictino. Dedicó su vida a orar y a hacer penitencia y más tarde se fue a vivir solo a una montaña. Durante 30 años San Romualdo fue fundando conventos en Italia donde los pecadores pudieran hacer penitencia. Leía vidas de santos y se esmeraba por imitarlos en las cualidades y virtudes en las que más sobresalió cada uno. Volvió al monasterio de Ravena del que fue Superior, pero, más tarde renunció al cargo y fundó la Comunidad de religiosos del Campo de Málduli.