Son muchos los que reciben los ataques de sectas…

Las sectas no se mueven alrededor de la verdad sino más bien son satélites de un líder: aprenden consignas, razonamientos parcialmente válidos que se toman de apoyo para descalificar la fe del oponente y ensalzar la propia convicción.
Una persona muy convencida puede estar tremendamente equivocada.
Esto es, con absoluta seguridad, con increíble aplomo y decisión se lanza por un tobogán que tiene como final un precipicio: siempre lejos de la soñada piscina.
Es hora de recordar a los sufridos pacientes lo que decía San Policarpo a los primerísimos cristianos…

Recuerda lo que San Policarpo decía de San Juan (apóstol) que, cuando escuchaba a alguno decir herejías, Juan se tapaba los oídos. No es malo tomar ese ejemplo en estos tiempos en que los charlatanes de tantas sectas nos quieren vender sus herejías.