El bollo suizo (a veces simplemente suizo) es un bollo tipo brioche elaborado en las pastelerías madrileñas. Debe su nombre y su popularidad por haberse elaborado en el ya cerrado Café Suizo de Madrid. (Se encontraba en la confluencia de la calle de Alcalá y Sevilla, denominada antaño calle ancha de Peligros.)

Se trata de un bollo simple que suele estar en lo más barato de un menú de repostería española. En la actualidad es fácil encontrarlo en diversas pastelerías y cafeterías de España. Es habitual tomarlo como desayuno.

Cuenta Enrique Jardiel Poncela (gran asiduo de las tertulias) en su libro Exceso de equipaje,​ que en Suiza preguntó a un camarero por este bollo y el camarero dijo que no existía. Al describir su forma, el caballero le dijo que «lo más parecido es un bollo español» y le trajeron un suizo. Cuenta Jardiel esta anécdota en otra de sus novelas.