En el segundo año de Medicina, Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) consiguió una plaza como ayudante de disección. Estaba oficialmente encargado de las preparaciones anatómicas, tarea que realizaba con esmero. Es por ello por lo que el catedrático manuel Daina le animó a que se presentara al premio de final del curso. Cajal  obtuvo el galardón con una exquisita y milimétrica preparación del anillo inquinal. Tas el acto, Nicolás Montells, profesor de Patología Quirúrgica, se dirigió al premiado y con gesto iracundo le dijo:
– Conste que a mi no me la pega usted ¡Esto está copiado!
Cajal estalló en cólera y, descepcionado ante el incidente, decidió no volver a presentarse a este tipo de certámenes.