Frases para pensar

ESCLAVO de las palabras, dueño de los silencios

LA VIDA es como la escalera de un gallinero: corta y llena de mierda

A LA LARGA, la máscara se convierte en rostro (Marguerite Yourcenar)

A MÍ ESTO de salir al campo a nada, a mirarlo, me aburre más que un concierto de tambores (Plinio, de García Pavón)

A QUIEN LE DAÑA el saber, enemigo es de sí mismo (La vida es sueño, 654-5) ABDERRAMÁN III, Testamento (en Vallejo Nájera, Locos egregios). He anotado diligentemente los días de pura y auténtica felicidad que he disfrutado: suman catorce. AGRAPHA (de Jesucristo). En el estado en que os sorprenda, en él os juzgaré.

AGUSTÍN de Hipona, Ciudad de Dios, XXII, 19. Donde no hay armonía de las partes hay algo que ofende.

AGUSTÍN de Hipona, De beata vita, I, 45. Y, súbitamente, tan profundo dolor desgarró mis entrañas que, no pudiendo soportar el peso de la ruta que seguía por la que acaso navegaba hacia las Sirenas, lo tiré todo por la borda y conduje mi quebrada y maltrecha nave a la tranquilidad ansiada. Ya conoces, pues, en qué filosofía, como en un puerto, navego.

ALDANA, Francisco de. Canción a Cristo crucificado. No me podéis huir porque esos clavos / que os cosen a ese palo me aseguran / que me habéis de esperar, aunque me tarde.

ALEIXANDRE, Vicente. La destrucción o el amor. Ah, eres tú, eterno nombre sin fecha.

ALONSO DE CASTRILLO, Fray. Tratado de República. Si el rico fuese justo no sería rico.

ALONSO, Dámaso. Hijos de la ira (‘En el día de los difuntos’). Porque sé que en el fondo, entre los peces de colores, / está la muerte.

AMABA a algunos amigos, pero más a la amistad que a ellos mismos (André Gide, El inmoralista)

AMOR, Rafael. No me llames extranjero. No me llames extranjero, / tu trigo es como mi trigo, / tu mano como la mía, / tu fuego como mi fuego / y el hambre no avisa nunca, / vive cambiando de dueño.