Padre, ¿Cómo puedo ser más humilde?

“Pues no dices nada, hijo mío, ¡Ser humilde! Siéntate. Esta mañana, cuando tenía al Señor en el corazón, después de la Santa Misa, he querido darle gracias; y como soy Escrivá, he tenido que levantar un acta: éste, Escrivá, no vale nada, no tiene nada, no sabe nada, no es nada.”

«Y tú, Señor, lo eres todo: Deus meus et omnia… Es mi Dios y todas mis cosas… Y entonces me siento como un gusano que está reptando por el suelo, al que dan ganas de pisar porque es asqueroso… A ti no te gusta la comparación; ya comprendo que no es poética. Pero tú y yo somos eso. Y sin embargo nos levantamos como víboras. Los hombres, también los niños, somos la única criatura de la tierra que se enfrenta con el Creador y puede decirle: no me da la gana; porque las demás criaturas cumplen su fin…”

San Josemaría Escrivá de Balaguer