“Llévame, Madre, contigo
siempre sin jamás partirte,
y cuando decidas irte,
llévame, Madre, contigo.
Porque el pensar que te irás
me causa un terrible miedo,
de si yo sin ti me quedo,
de si tú sin mí te vas
Llévame en tu compañía
donde tú vayas con Jesús,
porque bien sé que eres tú
la vida del alma mía.
Si tú vida no me das
yo sé que vivir no puedo,
ni si yo sin ti me quedo,
ni si tú sin mí te vas”.