“Tal ha sido el amor de Dios. Ha permitido que el hombre pase por todas las situaciones y conozca la muerte para acceder después a la resurrección de entre los muertos y aprender por experiencia de qué mal ha sido curado. Así el hombre se mostrará siempre agradecido al Señor por haber recibido de Él el don de la incorruptibilidad, y le amará más, si es verdad “que aquel a quien se perdona mucho, ama más” (Lc 7, 42).