En 1615, buques corsarios neerlandeses deciden atacar la ciudad de Lima, aproximándose al puerto del Callao en días previos a la fiesta de La Magdalena. La noticia corre pronto hasta Lima y con ello la proximidad y desembarco en el Callao, lo que altera los ánimos de los ciudadanos. Ante esto, Rosa reúne a las mujeres de Lima en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario para orar por la salvación de Lima. Apenas llegada la noticia del desembarco, la terciaria subió al Altar, y cortándose los vestidos y cosiendo los hábitos puso su cuerpo para defender a Cristo en el Sagrario. Los ánimos del vecindario eran alarmantes, llegando a huir muchos de Lima hacia lugares distantes. Misteriosamente el capitán de la flota neerlandesa falleció en su barco días después, y ello supuso la retirada de sus naves, sin atacar el Callao. En Lima todos atribuyeron el milagro a Rosa y por ello en sus imágenes se le representa portando a la Ciudad sostenida por el ancla.

En Argentina, Paraguay y Uruguay, hacia fines del mes de agosto ocurre la llamada «Tormenta de Santa Rosa». La tradición atribuye a Rosa el origen de este fenómeno natural que logró la huida de los enemigos de tierras peruanas.

Otra versión:

Cuando los pechelingues (corsarios holandeses) entraron al Callao el año pasado de 1615 por el mes de julio, estando ella en oración en la capilla de Nuestra Señora del Rosario, vio que la santa imagen de la Madre de Dios estaba como ahilada (desfallecida) y afligida, con lo que ella entendió que la ira de Dios venía sobre esta ciudad. Después…, el mismo día u otro, se le mostró la santa imagen muy serena y como alegre, con que entendió que el Señor alzaba el cuchillo de su ira para no castigar esta ciudad.

Este suceso se refiere a lo ocurrido en 1615. El pirata Jorge Spilbergen había partido de Holanda con cinco naves artilladas y, después de un pequeño encontronazo con dos naves artilladas y un barco pequeño del virrey, siguió hacia el Callao, seguro de su superioridad. Lima entera, al saberlo, se puso en pie de guerra, y hasta los religiosos tomaron las armas. Toda la ciudad estaba alborotada y llena de temor. El corsario entró en el Callao el 21 de julio a la tres de la tarde y encontró 3.000 hombres apostados en la playa dispuestos a impedirle el desembarco. Al ver que no iba a ser fácil la toma de Lima, emprendió viaje hacia el norte. Llegó a Acapulco, donde se abasteció, y siguió rumbo a Indonesia y Filipinas, donde pereció en un encuentro.


Santa Rosa de Lima es la Patrona Latinoamericana. 1586-1617. El Papa Clemente X, en la Bula de canonización de Santa Rosa, decía: «A la ciudad de los Reyes, como se suele llamar a Lima, no le podía faltar su estrella propia que guiara hacia Cristo, Señor y Rey de Reyes».