Una personalidad tan fascinantes, pero, como todo lo fascinante, un tanto sobrecogedora... Y un pequeño libro, los "Ejercicios espirituales", que tampoco dejan de intimidar. En él dejó consignada Ignacio la decisiva experiencia por él vivida, bajo la acción de Dios, cuando contaba unos treinta años. Los "Ejercicios" y la vida de Ignacio son, en realidad, una misma cosa. Al relacionarlos íntimamente, el autor pone de relieve la fuerza y la actualidad que el itinerario ingnaciano conserva en pleno siglo XX, tan sacudido por incertidumbres y por esperanzas como pudo estarlo el siglo XVI, que fue el "tiempo de gracia" de Ignacio de Loyola.