Transitamos por renovados contextos sociales en los que la educación, en contextos escolares, reclama y necesita nuevos marcos interpretativos y operativos. Un panorama complejo pero apasionante, en el que muy probablemente las educadoras sociales podrían tener, sin saberlo, un protagonismo creciente. Quizás porque se iniciarían procesos que permitirían a la sociedad interpretar mejor la realidad de la escuela, y relacionarse con ella estableciendo puentes y vínculos más estrechos. En este libro defendemos el encuentro. Una apuesta que abrazamos como mejora de los contenidos educativos, socializadores y axiológicos de la escuela.