José de Almada Negreiros (1893-1970), uno de los creadores más plurales y personales de la cultura portuguesa del siglo XX –fue pintor, escritor, dibujante, escenógrafo o bailarín–, vivió en Madrid entre 1927 y 1932, periodo durante el cual estableció una extraordinaria red de relaciones con algunos de los nombres más importantes de la esfera cultural española, con Ramón Gómez de la Serna y Federico García Lorca a la cabeza. En aquellos años Almada colaboró, entre otras muchas, con cabeceras como La Gaceta Literaria, Revista de Occidente, Blanco y Negro, La Esfera, ABC o El Sol, al tiempo que decoraba el mítico cine San Carlos, preparaba la escenografía de Los medios seres de Ramón o realizaba los cuadros que componían la linterna mágica para La tragedia de doña Ajada del músico Salvador Bacarisse. Pocos escritores o artistas de otras latitudes, a lo largo del siglo XX, convivieron tanto y en sintonía tan armoniosa y fructífera con los autores españoles como “el portugués Almada”, como era conocido entre sus incontables amigos y seguidores madrileños.