En medio de la noche oscura, el amor célibe es una luz, seguramente tenue y perdida en la inmensidad del espacio, que nos recuerda que sólo permanece lo que se ama, que sólo es liberador y definitivo el amor que se entrega sin condiciones. Estas páginas intentan desvelar la verdad de una vida entregada por amor: por amor a Jesús, que nos amó primero y llenó con su luz la vida y la muerte, y por amor al ser humano, en cuyo corazón, más allá de sus heridas y de las murallas que lo fragmentan y aíslan, la divinidad acontece. Desde su experiencia particular y la situación concreta de la vida con sagrada en América Latina, Julio Parrilla Díaz, que reside en Ecuador, ofrece una reflexión válida para los consagrados y consagradas de todo el mundo. Aunque el celibato siempre se resume en una palabra, amor, se pueden descubrir en él otras características importantes: salir de uno mismo, radicalidad, entrega, unificación, vaciamiento, amistad y sobre todo, seguimiento de Jesucristo, auténtico motor de la vida consagrada.