Thomas es un friki. Un nolife. Un geek. ¿Un qué? Un geek. Es decir, un chico más bien discreto obsesionado por los juegos de ordenador hasta el punto de renunciar a su vida social. Y es que para él todo es perfecto en su mundo virtual en alta defi nición: allí no tienen cabida matones como Latreille, profesoras de francés pesadas como Madame Friol, padres enrollados adictos a eBay y Facebook y que sólo comen cosas bio, y hermanas pequeñas marisabidillas. Lo es hasta que aparece en su vida Esther, la chica más guapa del instituto, amante de los caballos y la naturaleza, y que odia profundamente todo lo relacionado con los ordenadores, y le dice que aceptará salir con él si se mantiene alejado de cualquier tipo de pantalla (¡De ordenador, tele, móvil?!). ¿Podrá un geek como Thomas someterse a tal tortura por amor?