Andrea quiere saber por qué los Reyes Magos nunca dejan todos los juguetes que pide y decide este año hablar con ellos. Su hermano Luis, un poco más pequeño, se une a la aventura. Se levantan cuando sus padres se acuestan y se sientan en el salón a esperar. Por fin llegan y, como dejan todos los juguetes que han pedido, Andrea no habla con ellos. Al poco tiempo, alguien entra por el balcón, es el cuarto Rey Mago, quien se lleva algunos regalos para regalar a los niños de los países pobres. Andrea y su hermano están contentos de colaborar en esa labor. Cuando Andrea se duerme, sueña con el cuarto Rey Mago.