Por los cuentos de Calle Aristóteles deambulan personajes atrapados en su propia realidad, hombres y mujeres normales cargados con las deudas de su vida. Son perdedores que miran el mundo desde posiciones frágiles, periféricas, dolientes. Esta inadaptación supone a la vez su castigo y su don, pues al mismo tiempo que los expulsa de la felicidad les otorga una mirada comprensiva sobre la condición humana.