"Este libro, por tantos títulos notable, del señor Euclides Da Cunha, es al mismo tiempo el libro de un hombre de ciencia, un geógrafo, un geólogo, un etnógrafo; de un hombre de pensamiento, un filósofo, un sociólogo, un historiador; y de un hombre de sentimiento, un poeta, un novelista, un artista, que sabe ver y describir, que vibra y siente tanto frente a los aspectos de la naturaleza como frente al contacto con el hombre, y se estremece tocado hasta el fondo del alma, conmovido hasta las lágrimas frente al dolor humano, venga él de las condiciones fatales del mundo físico, las sequías que desolan los sertones del norte brasileño, venga de la estupidez o maldad de los hombres, como la campaña de Canudos". Así celebraba José Veríssimo, pope de la crítica brasileña y principal ideólogo de la Academia Brasileña de las Letras, la aparición de Los sertones en el Correo de Manhâ del 3 de diciembre de 1902. El escrutinio y diagnóstico de Veríssimo puede trasladarse aún hoy, palabra por palabra, a este Canudos: diario de una expedición, testimonio a pie de obra que Da Cunha fue remitiendo, día tras día, al periódico O Estado de Sâo Paulo mientras seguía la llamada campaña o guerra de Canudos, en la que desde fines de 1896 hasta septiembre de 1897 el Gobierno mandó cuatro expediciones militares, del estado de Bahía las dos primeras y federales las dos últimas, contra la población acaudillada por Antonio Vicente Mendes Maciel, el mítico Antonio Conselheiro. Documento agreste y bello, como agrestes y bellos son el paisaje y el paisanaje que Da Cunha recorre y contempla en su crónica, Canudos: diairo de una expedición satisfará al lector amante de la literatura de aventuras, al gustoso de la crónica política, a quien admire la escritura como depósito de la Historia y, por descontado, a quien, sencillamente, ansíe conocer un libro hermoso.