El Maravilloso Mago de Oz aportó la novedad de ser un cuento fantástico en el que los tradicionales estereotipos de los cuentos de hadas fueron sustituidos por personajes también fantásticos pero más creíbles. Baum dejó que todo el argumento se desarrollarse en un mundo mágico e infantil y, sin embargo, la realidad, que introdujo a base de elementos desmitificadores, convirtió el relato en una fábula crítica de la sociedad norteamericana de aquella época.