Los seres humanos convivimos desde hace millones de años con las plantas que, además de ser la base de nuestra alimentación, desempeñan un papel esencial en todas las culturas. Nos gusta rodearnos de ellas para gozar de belleza, armonía y bienestar. Sus delicadas formas y colores hacen que las empleemos como adorno para nuestro hogar, para declarar nuestro amor o para acompañar los momentos más importantes de nuestra vida, como nacimientos, enlaces y despedidas. Puesto que son seres vivos con capacidad para sentir, las plantas tienen un beneficioso campo energético que nos permite además comunicarnos con ellas.