Una noche, los padres de una familia deciden que van a comprar un animal de compañía. Como no se deciden entre un perro o un gato, deciden ir a la pajarería y escoger allí. Como siguen sin poder decidirse, el tendero les aconseja que se compren un papagayo. Además, les asegura que habla. Cuando llegan a casa, intentan enseñarle a hablar varias veces, pero el papagayo no aprende, así que vuelven a la pajarería a protestar. Lina, la hija, no hace más que repetirles que no es un papagayo, pero no la escuchan. Tras volver de la pajarería, convencidos de intentar enseñarle a hablar con más paciencia, Lina logra hacerse escuchar. Les dice que aquello no es un papagayo, sino una ¿mamagayo¿. En ese momento el ave empieza a hablar y les dice que es cierto. Además, las ¿mamagayos¿ nunca repiten lo que les dicen. Lo que dicen, lo hacen por voluntad propia. Al final, todos se quedan muy contentos con ese animal de compañía y Lina y la ¿mamagayo¿ se hacen muy buenas amigas.