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UN ANDAR SOLITARIO ENTRE LA GENTE (MUÑOZ MOLINA, ANTONIO)
Un andar solitario entre la gente es la historia de un caminante que escribe siempre a lápiz, recortando y pegando cosas, recogiendo papeles por la calle, en la estela de artistas que han practicado el arte del collage, la basura y el reciclaje ?como Diane Arbus o Dubuffet?, así como la de los grandes caminantes urbanos de la literatura: de Quincey, Baudelaire, Poe, Joyce, Walter Benjamin, Melville, Lorca, Whitman? A la manera de Poeta en Nueva York, de Lorca, la narración de Un andar solitario entre la gente está hecha de celebración y denuncia: la denuncia del ruido extremo del capitalismo, de la conversión de todo en mercancía y basura; y la celebración de la belleza y la variedad del mundo, de la mirada ecológica y estética que recicla la basura en fertilidad y arte. «Me gusta la literatura que me trastorna y me embriaga como vino o música, que me saca de mí, que me fuerza a leerla en voz alta y a favorecer su contagio, que me explica el mundo y me pone en pie de guerra con el mundo y me refugia de él y me revela con la misma vehemencia todo su horror y toda su belleza.»

DIEZ BICICLETAS PARA TREINTA SONÁMBULOS (LANDERO, LUIS/MUÑOZ MOLINA, ANTONIO/OVEJERO, FÉLIX/NEUMAN, ANDRES/MELLADO, ISABEL)
A lo largo de estas páginas tendremos la oportunidad de conocer a bicicletas holandesas, africanas, urbanas, rurales, filósofas, enamoradas, con y sin ruedines, que representan temas tan diversos como el desamor, el sexo, el paso del tiempo, el azar, la madurez, el coraje o la incertidumbre, de la mano de autores como Antonio muñoz Molina, Luis Landero, Andrés Neuman, José Ovejero, Marta Sanz, Luis Eduardo Aute, Ricardo Menéndez Salmón y un largo etcétera de escritores referenciales de este país.

ARDOR GUERRERO – ALH (MUÑOZ MOLINA, ANTONIO)
´Yo me llamaba J-54´. En el otoño de 1979, un joven que sueña con ser escritor se incorpora por leva obligatoria al Ejército español. Su destino es el País Vasco. Su viaje es un lúgubre tren que atraviesa la península de sur a norte es el preludio de una

ANTONIO MUÑOZ MOLINA. LA LETRA PEQUEÑA (SERNA, JUSTO)
La novela no es el calco de una vida. El ensayo no es una reproducción de la existencia. Un artículo no es la quintaesencia de la realidad. Cuando examinamos la creación de un novelista, de un ensayista, de un articulista, sabemos que no podremos agotar el ingenio y la agudeza de quien así se expresa, de aquel que mira y se inspira. Un escritor es sobre todo un observador, alguien que otea y registra, que aprecia, distingue y anota. Luego la fantasía y, mejor, la invención le llevarán lejos, muy lejos. Con sus datos siempre escasos ha de imaginar, conjeturar, columbrar lo que fue, es o pudo ser, lo que bien pudo haber sido, lo que deseamos o tememos que sea. Cuando Antonio Muñoz Molina no escribe ficciones, sus textos no son meramente alimenticios. Son la síntesis de su mirada expresada, de su escrutinio verbal. Este ensayo, debido a Justo Serna, añade, completa y desarrolla una reflexión de años: años dedicados a leer a Muñoz Molina, un tiempo destinado al autor que nos conmueve y nos inquieta. No hay en su obra, en Muñoz Molina, mayor o menor palabra excedente, vana u ornamental. Hay, sí, letra pequeña, el compromiso de un acuerdo o convenio: las condiciones de un contrato fiduciario con el lector. De Elvira Lindo lo hemos aprendido

PLENILUNIO (NF) (MUÑOZ MOLINA, ANTONIO)
Unos ojos que en este mismo instante miran en algún lugar de la ciudad, normales, serenos, como los ojos de cualquiera.. . . En una ciudad de provincias alguien con un rostro soluble en los demás rostros esconde el enigma de un espantoso crimen. Es precis

VENTANAS DE MANHATTAN (MUÑOZ MOLINA, ANTONIO)
«Me gustaría acordarme de cada una de mis caminatas y de todas las ventanas a las que me he ido asomando en Manhattan?» Con este propósito, Antonio Muñoz Molina en primera persona, escritor y personaje a un tiempo, visita en estas páginas los rincones más personales de Nueva York. Se convierte así en observador cómplice de una realidad próxima a la ficción que configura nuestro imaginario vital y cultural. Fruto de sus prolongadas estancias a lo largo de varios años, este libro es un canto apasionado a la ciudad de contrastes por antonomasia. Nueva York esconde tantas caras como ventanas exhibe: las de los decorados de los musicales de Broadway, las de los edificios iluminados del otro lado de Central Park, las que cayeron con las Torres Gemelas aquel 11 de septiembre, las tachadas con tablones en el reverso sombrío del Bronx o de Harlem. La ventana es el marco de una pintura de Hopper, una acuarela de Katz, la presencia ausente en una película de Hitchcock o la literatura de Cheever, el eco del jazz de Duke Ellington o John Coltrane. Como Ardor guerrero y Sefarad, este libro participa a la vez de la novela y del relato de hechos reales: lo que predomina en él es, por una parte, la naturaleza envolvente de un estilo tan sugerente y un timbre de voz tan personal como los que han venido caracterizando al autor desde sus inicios, llevados aquí a una desplegada y soberana madurez, y, por otra parte, una actitud ética y estética ante la pesadilla y maravilla de la gran ciudad que, en la línea del Lorca de Poeta en Nueva York, construye con material verídico una alucinación y una compleja fábula moral.

EL ATREVIMIENTO DE MIRAR- RÚSTICA (MUÑOZ MOLINA, ANTONIO)
Hay un momento en que los ojos se abren de pronto al arte, igual que los oídos a la música o a un idioma que hasta entonces se ha estudiado con la sensación de no avanzar, o de hacerlo muy despacio. Pierre Francastel, Giulio Carlo Argan, Erwin Panofsky y E. Gombrich me enseñaron a mirar con los ojos bien abiertos las obras de arte y a buscar sus vínculos con el mundo real, intentando ver en ellas lo que vieron sus contemporáneos y comprender el lugar que ocupaban en sus vidas y en sus sistemas de creencias. Creo que fue de Baudelaire y de Marcel Proust de quienes empecé aprendiendo a escribir sobre arte, intentando usar las palabras como una lente de aumento para mirar mejor lo que se tiene delante de los ojos, en los cuadros y también en la realidad. Mucho más tarde, ya adulto, descubrí a Robert Hughes y quise tomar ejemplo de su apasionada claridad. Los ensayos de este libro se han ido escribiendo de manera intermitente a lo largo de casi veinte años. Al verlos juntos ahora, observo que el azar de los encargos y del puro paso del tiempo les ha ido dando una cierta unidad involuntaria, casi un hilo narrativo, que tiene mucho que ver con la deriva de mis intereses personales y mis aficiones, quizás con la ética y la estética que están implícitas en el trabajo de cada escritor.

CARLOTA FAINBERG (MUÑOZ MOLINA, ANTONIO)
Claudio es un profesor español residente en Pittsburgh que, por inclemencias del tiempo, ve retrasado un viaje a Buenos Aires. En el aeropuerto conoce a Marcelo, un ejecutivo de talante abierto que le cuenta su propia experiencia, años atrás, en un hotel de la capital argentina: allí conoció a Carlota, una fantástica mujer que despertó en él profundos sentimientos. Pronto Claudio se encontrará a las puertas del antiguo hotel bonaerense, escenario de las fantasías de su compañero de espera.

LAS APARIENCIAS (MUÑOZ MOLINA, ANTONIO)
«En una vocación solitaria de conocimientos y viaje la que lo impulsa a uno a mirar sin descanso y a vivir atrapado en las miradas de otros» De esta forma nos define Antonio Muñoz Molina su manera de entender el oficio de escribir, una idea que impregna t

ARDOR GUERRERO PDL ANTONIO MUÑOZ MOLINA (MUÑOZ MOLINA, ANTONIO)
En el otoño de 1979, un joven que sueña con ser escritor se incorpora por leva obligatoria al Ejército español destino del al País Vasco. Su viaje en un lúgubre tren que atraviesa la península de sur a norte es el preludio de una pesadilla. "Conejo vas a morir". Así serán recibidos los nuevos reclutas. Tendrán que olvidar su identidad y, en gran medida, su condición humana. En las paredes de los cuarteles colgaba todavía el retrato de Franco. Aquel recluta se llamaba Antonio Muñoz Molina. Con el tiempo sería Premio Nacional de Literatura en dos ocasiones y miembro de la Real Academia de la Lengua.