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ENSAYOS ESCOGIDOS . SELECCIONADOS POR W. H. AUDEN (CHESTERTON, G. K. (GILBERT KEITH))
Para referirse a su obra ensayística Chesterton solía decir que era un simple periodista jocoso que escribía breves artículos semanales sobre asuntos graciosos, y en cierta ocasión en que una admiradora se le acercó para decirle que parecía saber infinidad de cosas, le contestó escuetamente: «Madame, yo no sé nada, soy un periodista». La modestia del escritor terminó persuadiendo a muchos de sus contemporáneos, entre ellos Auden, quien sólo descubrió el valor de los ensayos de Chesterton cuando le encargaron la selección que el lector tiene en sus manos. En ella, el poeta inglés reúne los textos de Chesterton que le parecían tan amenos y agudos como sus piezas periodísticas, pero mucho más enjundiosos y penetrantes, y nos brinda una excelente ocasión para descubrir o releer a uno de los escritores más lúcidos y brillantes de la primera mitad del siglo pasado.

LA SAL DE LA VIDA (CHESTERTON, GILBERT KEITH)
La sal de la vida (The spice of life) fue publicado por vez primera en 1964 y es una muy lograda miscelánea reunida por su secretaria e insigne chestertoniana, Dorothy Collins. Los artículos proceden de muy diversas publicaciones a lo largo de más de veinte años y el que da título al volumen fue escrito por Chesterton solo tres meses antes de su muerte. Para Dale Ahlquist, reconocido biógrafo de nuestro autor, este es quizás el más orgánico y mejor organizado de los libros póstumos de Chesterton. En él se reúnen, junto con los habituales ensayos polémicos sobre temas de actualidad como la educación o la escritura de novelas de detectives, otros de carácter más literario que nos hablan, como solo G. K. (y Borges) saben hablarnos, de Shakespeare, Esopo, Alicia en el país de las maravillas, Samuel Pepys o Charlotte Brönte, por citar solo unos pocos nombres. Gilbert Keith Chesterton (Londres, 1874-Beaconsfield, 1936). Es conocido, sobre todo, entre el gran público, por sus relatos policiales del padre Brown y por su novela El hombre que fue Jueves, pero el gran escritor inglés destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado (tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística), el ensayo, lo que en su caso no es sino hablar de periodismo. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión («no hay cosas sin interés. Tan solo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas). En el catálogo de Ediciones Espuela de Plata y Renacimiento pueden encontrarse una buena parte, además de una muy buena representación, de la obra de Chesterton. Entre ediciones de rescate, nuevas traducciones y libro inéditos en español, sumamos ya más de veinte títulos, entre los que destacan los siguientes: William Blake (2007, 2010, 2017), El color de España y otros ensayos (2007, 2009), Lectura y locura y otros ensayos imprescindibles (2008), Lo que vi en América (2009), Robert Browning (2010), Chaucer (2010), El hombre que fue Jueves (2010), La cosa y otros artículos de fe (2010), Enormes minucias (2010), Tipos diversos (2011), El acusado (2012), Sobre el concepto de barbarie (2012), La eugenesia y otras desgracias (2012), El hombre corriente (2013), La superstición del divorcio (2013), La sorpresa (2014) y El amor o la fuerza del sino (2017).

EL HOMBRE QUE FUE JUEVES (CHESTERTON, GILBERT KEITH)
En el Londres surrealista de cambio de siglo, el poeta Gabriel Syme es reclutado por un destacamento antianarquista en Scotland Yard. A partir de este momento empezará su bizarra y trepidante misión en la que tendrá un objetivo como detective encubierto. La adaptación en viñetas de Marta Gómez-Pintado de la conocida obra de Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) aborda, con agudo ingenio y un particular sentido del humor, una historia en la que anarquistas y policías se ven inmersos en una serie de alocadas y desconcertantes aventuras que bajo su apariencia disparatada esconden un sentido más profundo. La originalidad del planteamiento, la frescura en el desarrollo narrativo y su trasfondo existencial convierten a El hombre que fue Jueves en una obra fundamental.

EL NAPOLE—ÓN DE NOTTING HILL (CHESTERTON, GILBERT KEITH)
Esta obra, escrita en Londres en 1904, y cuya trama transcurre en la misma ciudad en 1984, es simultáneamente una fantasía futurista, una sátira política, un cuento profético y una novela desbordante de poesía, inteligencia, aventuras, y humor. En ella, dos personajes contrapuestos y complementarios libran, cada uno a su manera, una batalla contra la inercia de una época que ha perdido la fe en las revoluciones. En su día exaltó, y hoy y siempre exaltará, al máximo, a quienes tengan hambre y sed de utopía. Bajo el manto regio de la imaginación de Chesterton se ocultan los fundamentos de un humanismo y un romanticismo radicales.

EL REGRESO DE DON QUIJOTE (CHESTERTON, GILBERT KEITH)

Gilbert Keith Chesterton encarna, según Ezra Pound, la masa de gente corriente, ese núcleo popular donde se enraíza, como decía el propio Chesterton, todo lo realmente valioso de un país. Quizá sea ésta la clave para explicar la enorme audiencia de que han disfrutado y siguen disfrutando hoy sus libros. Chesterton fue un escritor muy prolífico: biografías, crítica literaria, filosofía, dramas, novelas, historias policíacas, versos. Ilustró gráficamente obras de sus amigos y fue además un orador elocuente. Su estampa física colosal, enorme, fue fiel reflejo de su ingente capacidad intelectual. «El regreso de Don Quijote» culmina una etapa de la obra de Chesterton que la crítica ha llamado período quijotesco. El autor defiende la cordura del caballero contra la locura del mundo que aceptamos por canónico. En su novela habla de la locura infecciosa, de aquella que aqueja a un grupo de aficionados que preparan una obra de teatro sobre una leyenda medieval y que, una vez terminada la función, se niegan a abandonar sus ropas medievales y pretenden instaurar en Inglaterra el antiguo orden de la caballería. En «El regreso de Don Quijote» se dan cita buena parte de los temas políticos que preocupaban al autor por aquellas fechas, a la vez que se procura dar un correcto entendimiento del mito quijotesco.

EL COLOR DE ESPAÑA Y OTROS ENSAYOS (CHESTERTON, GILBERT KEITH)

El color de españa y otros ensayos, lleva por título en su primera edición inglesa The Glass Walking-Stick and other essays (1955) y es una buena muestra de esa universal curiosidad presente siempre en Chesterton y de su originalísima, peleona y buenhumorada visión del mundo. Para disfrutar plenamente de GKC no hace falta ser católico ni conservador, ni antidivorcista como él lo fue, sino más bien al contrario, aunque no sea nada desdeñable su más que reconocido poder de persuasión; pero sí es recomendable, y aun puede que imprescindible, una cierta pasión por la literatura («Hay que estar loco por algo para no volverse completamente loco») y una cierta devoción por las formas más juguetonas de la inteligencia («La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta»). GILBERT KEITH CHESTERTON (Londres, 1874-Beaconsfield, 1936). Es conocido, sobre todo, entre el gran público, por sus relatos policiales del padre Brown y por su novela El hombre que fue Jueves, pero el gran escritor inglés destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado (tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística), el ensayo, lo que en su caso no es sino hablar de periodismo. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión («no hay cosas sin interés. Tan solo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas).

LA ESFERA Y LA CRUZ (CHESTERTON, GILBERT KEITH)

Publicada en 1910, La esfera y la cruz es sin duda la novela de aventuras más evidente de Chesterton. Un católico y un ateo intentan batirse en duelo a muerte, cada uno por defender sus ideas. No lo consiguen, pues siempre tienen que huir de las autoridades que tratan de impedírselo, lo que al final termina por convertirlos en aliados. En su huida en busca de un lugar donde librar el duelo, una huida que se produce por tierra y mar, incluso por aire y hasta estratosféricamente (Chesterton fabula aquí deliciosamente con naves volantes que van hasta las estrellas), acabarán dirigiéndose del sur de Inglaterra a las islas del Canal de la Mancha merced a unos avatares por momentos delirantes y plenos de comicidad, y por momentos emotivos, en tanto la amistad de los dos forajidos va consolidándose precisamente a partir de sus presupuestos ideológicos contrarios. Como el resto de las obras de Chesterton, La esfera y la cruz abunda en paradojas y aventuras que bordean lo insólito, hasta desembocar en una insurrección en un manicomio, desatada por el ateo y el católico, en una sucesión de cuadros tan disparatados como mordaces a través de los cuales hace Chesterton una crítica feroz de las instituciones psiquiátricas y de los médicos, así como de todo lo que convencionalmente se tiene por razonable y cuerdo.

LA INCREDULIDAD DEL PADRE BROWN (CHESTERTON, GILBERT KEITH)

Todos los cuentos tiene un denominador común, y su estructura es muy similar: el rechazo de explicaciones sobrenaturales e impulsivas, y el predominio del método racional ante las situaciones más adversas: maldiciones relacionadas con hallazgos arqueológicos, familias malditas (al estilo de los Baskerville) o fantasmas que no son tales.

LA INOCENCIA DEL PADRE BROWN (CHESTERTON, GILBERT KEITH)

El Padre Brown -el famoso cura-detective creado por Chesterton e inspirado por el Padre O'Connor, sacerdote al que el autor conoció en 1909 y con el que mantuvo la amistad más cercana y fecunda de toda su vida- es un sacerdote católico que se adentra en los terrenos del crimen con la misma serenidad y santa simplicidad que en el confesionario; es un hombre menudo, escasamente convencional y casi insignificante, pero tiene unos condenados ojos que todo lo ven y penetran; encarna la racionalidad; muestra su amor casi instintivo por los misterios de Dios y una profunda sabiduría del corazón -que conoce tanto las cimas del bien como los abismos del mal-, sin dejar de mostrarse nunca profundamente humano y misericordioso con los criminales convictos y confesos; en él la fe se hace amistad y/o misericordia. Al hilo de las más complicadas tramas policíacas, Chesterton desgrana sus ideas sobre el alma humana, la política y la sociedad de la época, la pobreza y la riqueza, la religión y el ateísmo, la fe y la razón, las confesiones cristianas, y en particular el catolicismo, sin ocultar en ningún momento las razones que le llevaron a adherirse vivamente a este último.

LA SABIDURÍA DEL PADRE BROWN (CHESTERTON, GILBERT KEITH)

" " " La asamblea del señor Copa " " : la apariencia más terrible sólo es un ejercicio malabar. " " El paraíso de los bandidos " " : un romántico secuestro puede ocultar otro delito. " " El duelo del doctor Hirsch " " " " : una conspiración denunciada lleva a un duelo de armas, pero el militar renuncia a batirse con el sabio. " " El hombre del pasaje " " : tres testigos ven a un asesino de distinta forma. " " El error de la máquina " " : utilizar un detector de mentiras no es una prueba absoluta. " " La cabeza del César " " : ¿quién puede saber que falta una moneda en una gran colección de numismática? " " El fin de los Pendragon " " : una torre de madera y un velero que regresa, otra maldición familiar. " " El dios de los gongos " " : realmente es extraño que el dueño de un hotel sienta temor de su cocinero. " " La ensalada del coronel Gray " " : una secta hindú puede servir para los fines de un amante. " " El extraño crimen de John Boulnois " " : cuando Abel mata a Caín sin saberlo. " " El cuento de hadas del Padre Brown " " : la avaricia del príncipe Otto no es miedo, pero sus precauciones serán la orden de su muerte. "