El libro, estructurado en cuatro partes, expone el contexto cultural de la posmodernidad y la forma en que dicha cultura mira a la vida consagrada, plantea las oportunidades para fomentar una cultura de la vida religiosa, analiza sus nutrientes centrales y propone cómo se puede hacer elocuente el testimonio de esa vida consagrada. Sólo dejándose evangelizar por la posmodernidad, con sus luces y sus sombras, se podrán cultivar nuevas formas culturales que den cuerpo al Espíritu que alienta y acompaña a religiosos y religiosas.