Tal como recoge el mensaje del Papa Francisco, la Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. A todos nosotros nos toca discernir en qué modo y con qué sentimientos queremos vivir estos momentos. Se trata de tiempos catecumenales, de renovación bautismal, que nos invitan a revisar nuestro camino de fe en el seguimiento de Jesús, no es repetición de unos momentos cultua­les, ni de unas prácticas tradicionales; no se trata de un elemento cíclico por el que volvemos a pasar. Cada paso y cada tiempo litúrgico es un reto para la novedad y la esperanza, se sitúa en el horizonte de sentido, para que busquemos claves de profun­dización en el misterio cristológico, fraterno y comunitario que no tiene límites y que nos enriquece cada vez que volvemos a él con un corazón inquieto e inventivo.En esta ocasión, esta guía para la preparación de las celebraciones y oraciones personales y comunitarias incluye también cánticos apropiados para los distintos días señalados y nos invita a reflexionar sobre el encuentro con el otro.