Hay un axioma muy tonto que dice que la palabra expresa el pensamiento. Más cierto sería decir que lo desfigura: ¿acaso alguna vez enunciaron una frase tal cual la pensaron? ¿Escribieron una novela tal cual la concibieron? ¡Si las frases reflejaran los pensamientos, haría para ustedes escenas que verían como si hubiesen sido pintadas con un pincel! Les cantaría melodías vagas y llenas de delicias que tengo en la cabeza, sentirían los olores en los que pienso, les contaría todos mis ensueños… pero nunca conocerán nada de esto, porque no hay palabras para decirlo. El arte no es más que esta eterna traducción del pensamiento por la forma.