La evaluación es un fenómeno educativo que condiciona todo el proceso de enseñanza y aprendizaje. Por eso resulta decisivo preguntarse por la naturaleza del mismo, por su finalidad y por las dimensiones éticas, sociales y políticas que lo impregnan. No se trata de un fenómeno esencialmente técnico sino de un fenómeno ético. Por consiguiente, resulta indispensable preguntarse a quién beneficia cuando se hace y a quién perjudica, a qué valores sirve y qué valores destruye. La evaluación puede servir para muchas finalidades. Lo importante es utilizarla como aprendizaje, como un modo de comprender para mejorar las prácticas que aborda. La metáfora de la flecha en la diana sirve para comprender, de manera palmaria, que se puede hacer la evaluación para clasificar, comparar, seleccionar o, sencillamente, calificar. Es necesario, sin embargo, utilizarla para aprender y para mejorar el aprendizaje de los alumnos, la dinámica de los centros, la formación de los profesores y la implantación de las reformas.
Dentro de ese fecundo y poliédrico período que se dio en llamar «Edad de Plata» y, últimamente, la «otra Edad de Plata», el hoy olvidado y desconocido escritor madrileño Fernando Mora (1878-1936), asesinado en Zaragoza por sus ideales republicanos a los
¿qué puede aportar el librepensamiento a la democracia? Esta obra busca proporcionar al lector los elementos que necesita para desenmascarar las técnicas de manipulación ideadas para dirigir nuestra mente y nuestra libertad de elección.
Este volumen consta de dos partes unidas a través de la necesidad de un nuevo proceso educativo en la universidad, precedidas de un estudio introductorio acerca del alcance de esa relación entre universidad y sociedad del conocimiento en el siglo XXI. Una pregunta cardinal sobre el futuro del aprendizaje informa los seis capítulos primeros sin olvidar los modelos virtuales, la educación a distancia o la pertinencia de otros modos de gestión universitaria. Es en la segunda parte donde formación e innovación se conectan confirmando la responsabilidad social de la universidad. Esa es la dirección que seguirá marcando diferencias en el futuro.
Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni (1475-1564), nacido en la localidad italiana de Caprese (Toscana), fue un hombre del Renacimiento, atormentado y temeroso de Dios, con un talento prodigioso. Sus múltiples logros en pintura, escultura, arquitectura, poesía e ingeniería combinaron cuerpo, espíritu y religiosidad en visionarias obras de arte que cambiaron para siempre la historia del arte. El famoso biógrafo Giorgio Vasari lo situó en la cúspide del Renacimiento. Sus coetáneos lo llamaban simplemente il divino (el divino).Este libro proporciona una introducción detallada de Miguel Ángel y todas sus formidables obras maestras, sin colas ni multitudes. A través de magníficas ilustraciones y textos accesibles, se explora la extraordinaria figuración del artista y su famoso estilo de la terribilità (grandeza trascendental), que permitió la representación del drama humano y bíblico con una escala y fervor irresistibles. Con un recorrido por los centros de poder de la Italia del Renacimiento, analizamos sus principales encargos y su excepcional capacidad para crear composiciones espaciales, ya sea en la famosa biblioteca de los Medici en Florencia o en la Capilla Sixtina, en el Vaticano, cuya bóveda y testero lucen los extraordinarios frescos (1508-1512) del artista.Desde el formidable David hasta el desgarrador dolor y la fe de la Piedad, o el vívido drama del Juicio Final de la Capilla Sixtina, este libro constituye una breve pero rigurosa introducción a un verdadero gigante de la historia del arte y a algunas de las obras de arte más famosas del mundo.