Tras la visita de los pastores al portal de Belén, tras el anuncio de la legión celestial, llega la de los príncipes de oriente. Una estrella les señala la llegada del nacimiento del hijo de Dios, y recorren miles de kilómetros hacia occidente hasta dar en Jerusalén con la profecía de su nacimiento en Belén. Llegan a este pequeño pueblo y encuentran al pobre niño en un pesebre, al que adoran y llevan sus prebendas. Es una festividad cargada de simbolismo. Los magos representan a los que buscan a Dios, siguiendo los signos que anuncian al Mesías. Son además de tierras lejanas, para adorar a un Dios universal. Y dejan todo por embarcarse en un viaje inseguro y lleno de dificultades, pero que les conduce finalmente a Dios.