Muchas veces pensamos que los problemas de los demás no son nuestros problemas si no nos tocan de cerca…
Un ratón, mirando por un agujero en la pared, ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete. Sintió emoción pensando que era lo que contenía.
Fue corriendo al patio de la Granja a advertir a todos:
‘¡¡¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!!!’
– Discúlpeme Sr. Ratón. Yo entiendo que es un gran problema para usted, más no me perjudica en nada, no me incomoda.
El ratón fue hasta el cordero y le dice:
‘Hay una ratonera en la casa, una ratonera!!!’ …
– Discúlpeme Sr. Ratón, más no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones.
El ratón se dirigió entonces a la vaca, y la vaca le dijo:
– Pero acaso, yo estoy en peligro? Pienso que no…. es más … Estoy segura que no.
Entonces el ratón volvió a la casa preocupado y abatido para encarar a la ratonera del granjero.
Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando a su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado.
En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una cobra venenosa.
La cobra mordió a la mujer.
El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre. Todo el mundo sabe que para alimentar alguien con fiebre, nada mejor que una sopa.
El granjero agarró su hacha y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.
Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla.
Para alimentarlos, el granjero mató el cordero. Mas la mujer no mejoró y acabó muriendo. Y el granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.
Así que:
La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema
y creas que como no es tuyo y no le debes prestar atención…
Piénsalo dos veces.