C.S.Lewis, es la conversión de un filósofo nacido en 1898 y fallecido en 1963. De origen irlandés, gran profesor de literatura medieval inglesa en Oxford, y escritor de libros de texto, cuentos y narraciones. Se convirtió al cristianismo y constantemente lo justificó en sus libros, porque tenía una necesidad urgente de comunicar ese giro esencial en su vida. Sabía argumentar, con estilo sutil y con fina ironía.

Era ateo convencido, golpeado por la muerte de su madre, desde muy joven, a los 9 años, y frustrado por la experiencia vivida y por un mundo cruel que le rodeaba, con su separación de su padre, escribió desde pequeño cuentos fantásticos con animales como personajes. Buscaba la respuesta a todos los problemas pero no la encontraba, porque no buscaba en la dirección adecuada. Sentía miedo a creer, no quería comprometerse.

Cayó enfermo en la primera guerra mundial y como San Ignacio de Loyola, leyó un buen libro, un ensayo de Chesterton, autor que le era perfectamente desconocido. Empezó a leer pero encontraba vacío todo lo que leía, sólo se salvaban algunas obras porque leer para entretenerse no le llenaba, quería algo más. Entró en contacto con Tolkien y empezaron a cambiar algunos prejuicios que le perseguían. Volvió a leer a Chesterton y el valor de la lectura y de la reflexión, cambiaron su vida.

Es una situación peculiar porque la literatura ayudaba a la literatura y el literato ayudaba a la conversión de otro literato. Esa literatura le provocó más ansía de buscar y encontrar, más ansia de preguntarse el por qué, de poner en duda sus antiguas convicciones, de aceptar como en la fiesta de la Santísima Trinidad de 1929: «cedí, admití que Dios era Dios y, de rodillas, recé». Unos días más tarde, le pareció despertar de un sueño magnífico, había descubierto que Jesucristo era el Hijo de Dios.

Su conversión había llegado después de reflexionar profundamente sobre el problema del dolor, sobre el pesimismo que le embargaba al ver el mundo y al pensar sobre el problema del mal. Lewis estaba convencido de que Dios nos habla a través del dolor, Dios nos interpela, despierta la conciencia y nos presenta el dolor como una purificación de nuestras limitaciones. El dolor salva. Podemos destacar algunas de sus obras. «El problema del dolor», «Mero cristianismo», «Crónicas de Narnia», unos geniales relatos infantiles; «El diablo propone un brindis». En sus obras explicó y defendió la fe cristiana y dedicó sus talentos a servir a Dios, que le había dado tanto.