Es la Fiesta de la Purificación de la Virgen María en recuerdo del episodio de la Sagrada Familia. A lo 40 días del nacimiento de Jesús, María acudió al Templo de Jerusalén para ofrecer su primogénito y cumplir con el rito de su purificación. Este acto constituye una lección de humildad en la que el Hijo de Dios y su Madre se nos presentan en el cuadro del pesebre. Esto es la extrema pobreza de los pobres, de los perseguidos, de los desterrados.