Cuando el novelista Arnold Bennett acusó a Gilbert Chesterton de poseer una escasa inteligencia debido a su pensamiento dogmático, éste respondió: «A decir verdad sólo hay dos clases de personas: las que aceptan los dogmas y lo saben, y las que aceptan los dogmas y no lo saben. La única ventaja que tengo sobre el dotado novelista consiste en que yo pertenezco a la primera clase».