El joven Pedro de Dama murió en el siglo VIII y el objetivo de su vida fue luchar contra las herejías maniqueas y también luchó contra los musulmanes. El Califa Walid oyó que Pedro hablaba mal contra el Islam. Entonces, ordenó que lo arrestaran, le cortó la lengua con la espada y lo envió desterrado a Arabia. Aún estando mudo, siguió enseñando la verdad cristiana mediante el testimonio de su vida y celebraba los misterio de la fe.