Nació en una familia de buenos cristianos en la segunda mitad del siglo VI y destacó por su devoción y fidelidad a la vida cristiana. El Rey lo nombró administrador de sus finanzas, pero Eladio siente la llamada de Dios y tomó hábito. A la muerte de Aurasio accede al cargo de Arzobispo de Toledo. Pasó 18 años al servicio de los Cristianos como sucesor de los Apóstoles, construyó el Templo de Santa Leocadia y murió en el año 632.