Nacido en Ravena (Italia), fue criado por su hermano debido a la prematura muerte de sus padres. Pedro abrazó la vida religiosa ingresando en el Convento de Fonte Avellana donde vivió con austeridad y se dedicó a la oración, lectura espiritual y estudios sagrados. En 1043 gobernó la abadía y fundó otras cinco comunidades de ermitaños. Alcanzó los cargos de Cardenal y Obispo en Ostia en el año 1057 y escribió varios documentos para mantener la observancia de la moral y de la disciplina.