Joven del siglo III que llegó a ser el Patriarca de Alejandría y se enfrentó al hereje Arrio. Era inteligente, amable y cuidaba de los pobres. Cuando murió el anterior patriarca, Alejandro ocupó el cargo (el otro candidato era Arrio). Mientras, Arrio no le dejaba ni a sol ni a sombra y tuvieron que convocar un sínodo en 320. Se reunieron más de cien obispos y todos lo condenaron, Arrio fue incapaz de defenderse y en el Concilio Universal de Nicea fue condenado para siempre.