El Señor está cerca de nosotros a condición de que lo busquemos con un corazón sincero.

Mira tú, que esperas heredar a Dios y que tu alma sea unida con el Espíritu del Señor, cuál es la conducta y seriedad de vida que debes tomar y cómo conducirte y comportarte. Todo esto, en cuanto está en tu poder, debes hacerlo y mostrarlo. Amén.

(Pseudomacario, Homilía III, 4.2)