Cuando se entra al Oratorio –o a un templo–, si se ve encendida la lámpara del Santísimo, se saluda al Señor haciendo una , la rodilla derecha en tierra, manteniendo el cuerpo y la cabeza erguidos, mirando de frente al Sagrario. La mano derecha puede estar sobre el pecho, extendida. Y, como recomendaba , decir la Te adoro con , Dios escondido, interiormente.

No es hacer la señal de la Cruz en este momento. Tampoco parece saludo hacerlo de lado, como las egipcias, se puede hacer la broma.