Ana-Eugenia Milleret nació en 1817 en Metz (Francia) y recibió de su madre una educación que le dio un carácter fuerte y el sentido del deber. Según la costumbre, asistía todos los días a Misa y recibió todos los sacramentos de la iniciación cristiana. Sus padres se separaron y Ana-Eugenia se trasladó a París junto a su madre. Cuando tenía 15 años, el cólera se llevó a su madre y, ante esta situación, llegó su conversión. Con 22 años se convirtió en la Fundadora de las Religiosas de la Asunción cuya congregación desarrolló una espiritualidad centrada en Cristo y en la Encarnación. Tuvo una vida larga dedicada totalmente a Jesuscristo que terminó en 1898.