Nació en Palestina a finales del siglo VI. En su infancia y adolescencia tenía pánico a los estudios. Al entrar en el Monasterio del Abad Seridio se entregó a los estudios gracias a la labor del Monje Juan. Además de ampliar sus conocimientos en letras y ciencias, se dedicó a ser Santo. Para alcanzar su acometido, cuidó de ancianos y de enfermos. Llegó a gobernar el monasterio y escribió libros ascéticos acerca de la vida monástica.