Expedito, al convertirse en cristiano, fue martirizado en Armenia. Fue comandante de una legión romana y defendió el Imperio ante las invasiones de los Bárbaros. En el momento de su conversión le tentó el demonio, pero no se dejó persuadir y se erigió en «Soldado de Cristo». A este Santo se le invoca en problemas urgentes y también se le venera como protector de jóvenes, estudiantes, enfermos, problemas laborales y de familia y juicios.