Perteneció a una noble familia inglesa de Devonshire. Fue monje y se dedicó a la Evangelización de los pueblos germánicos. Winfrid (así se llamaba) recorrió con su predicación gran parte del territorio germánico durante tres años. El Papa lo llamó a Roma, lo consagró obispo y le dio el nuevo nombre de Bonifacio. Fundó la Abadía de Fulda como centro propulsor de la espiritualidad y de la cultura religiosa de Alemania. Cuando era anciano, el Día de Pentecostés estaba celebrando misa en Frisa y un grupo de Frisones asaltó a los misioneros. Bonifacio murió mártir cuando la espada de un infiel cayó sobre su cabeza.